Una Navidad agridulce

Los duelos, las navidades y los niños

valerie perez lete

Una Navidad agridulce 

Los duelos, las navidades y los niños

Los últimos dos años pandémicos nos han puesto de cabeza ¿a ti no?, al menos en mi casa si, y estoy segura que en muchos otros hogares también;  las cosas han cambiado de forma acelerada, esta pandemia mundial se ha llevado la vida como la conocíamos,  pero hoy no quiero escribir sobre las  normas y cambios que trajo la pandemia, sino de lo que se se llevó o mejor dicho de aquienes se llevó. 

Muchas familias perdimos personas cercanas y no muy cercanas, la conversación sobre la muerte con los niños se volvió casi obligatoria en muchos hogares. En medio de nuestro propio duelo hubo que explicar a los más pequeños del hogar por qué el abuelo no volverá o por qué no veremos más al tío o persona fallecida. ¿Te tocó tener esta plática con tus hijos?  a mi sí y te confieso que por mucha preparación que tenía sobre la muerte y los niños, contar a mis hijos que su abuelo había muerto fue muy duro, pues más allá de mis conocimientos estaba tratando de lidiar con mi propio dolor de perder a mi papá. 

Cada familia tiene un sistema de creencias diferentes sobre la muerte, según nuestras tradiciones, religiones y lugares de residencia,  lo que sí creo que debería coincidir en todas las percepciones sobre la muerte  es que los niños miren que los adultos,  somos capaces de entender la muerte como un proceso natural en la vida y que podamos transmitir resiliencia y calma para que los pequeños puedan relacionarse mejor con los procesos  naturales que implica vivir.         

Ahora que se aproximan fechas importantes como las navidades donde la mayoría de la familias se reúnen para compartir, es natural que las heridas de nuestros duelos se habrán, que al enfrentarnos a las primeras reuniones en donde no estarán los seres amados  que fallecieron se viva un ambiente agridulce y melancólico.

Los niños son antenas de emociones todo el tiempo, son muy capaces de percibir que algo en su entorno ha cambiado y que los adultos están experimentando emociones dolorosas, ojo aquí, porque escribí que lo perciben pero no significa que lo entiendan cognitivamente ni que lo puedan elaborar con palabras. Solo lo perciben y en muchas ocasiones les angustia percibirlo y no entenderlo. Cuando esto sucede es común que los niños sientan malestar por  estas percepciones y este malestar suele expresarse con comportamientos  irritantes para los adultos cómo: llantos, gritos, enojos  y demandas que normalmente no hacen. 

Bajo este contexto te pongo un escenario: Estás en casa para  cenar en Navidad, todos están un poco tristes porque este año perdieron al abuelo, Hay un ambiente melancólico y los niños de la casa lo perciben; “los adultos están raros, callados o incluso algunos lloran”. Los niños entran en angustia porque algo “anda mal” y no saben qué es exactamente ni cómo se gestiona eso,  así que eso genera mucho malestar y como no tienen herramientas para elaborarlo  lo único que pueden hacer es actuarlo con su conducta, así que empiezan a pelear entre ellos, a llorar, a pedir dulces en exceso, a gritar,  correr y enojarse entre ellos y con los adultos. Empiezan a buscar protección y alivio en los brazos de mamá o papá y eso los pone irritables y llorones.    

Los adultos ya se sienten suficientemente mal con el duelo, así que niños mal portados es demasiado, por  lo que  gritan y regañan a los niños acrecentando el malestar de todos  y lo que debía ser una cena llena de amor y armonía termina en caos y molestia.   

Los niños entonces, pueden percibir que de alguna manera son responsables del malestar de los adultos, lo que refuerza creencias muy negativas sobre ellos mismos y   se pierde la oportunidad de modelar un buen manejo de emociones. 

Así que si en tu familia se aproximan festividades agridulces por duelos te sugiero 5 cosas para llevar estas fechas lo mejor posible para los niños. 

  1. La herramienta más valiosa para modelar inteligencia emocional en los niños es NOMBRAR la verdad sobre las emociones, así que puedes anticipar a los niños mencionando que es posible que estés un poco triste porque tu familiar no estará en la cena, también puedes nombrar que es posible que otros adultos también estén tristes y felices al mismo tiempo.
  2. Durante la cena pueden hacer una dinámica para mencionar recuerdos positivos con el ser querido que falleció ya sea nombrándolo con anécdotas o escribiendo en un papelito para luego quemarlos, (pueden involucrar a los niños en esta actividad)  la idea es buscar una forma de canalizar la emoción dolorosa, sin llegar a un punto de catarsis que meta en angustia a los niños, es por eso que la intensidad de la actividad debe medirse en función del estado emocional de la familia.    
  3. Traten de enfocarse en las lecciones de vida que podemos rescatar de la muerte, si algo enseña la muerte es que la vida es efímera y con esta consciencia podemos apreciar mejor cada momento de la vida.  
  4. Respeten si algún miembro de la familia necesita estar triste, no traten de invalidar las emociones de los demás, está bien sentirse triste y está bien sentirse animado, NOMBREN estas cosas frente a los niños.
  5. Tomar como refugio la alegría de los niños, si alguien sabe como vivir con alegría a pesar de las adversidades son los niños, tomar refugio en los niños es admirar su capacidad de alegrarse por pequeñas cosas, sonreir con las risas de los niños es algo innato, así que podemos hacer actividades donde los niños se diviertan y gozar con su alegría, en vez de reprimir sus emociones o amenazarlos y castigarlos por su comportamiento.   

 

Cuéntame qué te parecen estas recomendaciones, ¿Me sugieres alguna otra?   

Yo te abrazo con mucho amor si también perdiste a alguien recientemente y te deseo una Navidad Consciente y amorosa! 

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