Todos podemos ser guardianes de la autoestima y del ser esencial
Por: Valerie Perezlete
web: www.guardianesdelaautoestima.com
¿Es realmente necesario ayudar a nuestros hijos a construir una autoestima “sana”?
¿Te has planteado alguna vez la misión de construir la autoestima de tus hijos?
¿Has escuchado o leído en libros y revistas que la autoestima es algo que se desarrolla, fomenta, construye o fortalece en los niños…?
Hola Mi nombre es Valerie Perez lete y te voy a plantear una frase en la que me he inspirado gracias al Máster dar voz al niño y quiero que me cuentas qué piensas de ella:
La autoestima No se Crea ni se Construye– solo se Conserva
Quizá esta frase te parezca poco intuitiva, incluso poco lógica, según lo que nos han “enseñado sobre el autoestima y los niños”
Pero si te digo que en vez de construir o fomentar la autoestima de tus hijos lo mejor que puedes hacer por ellos es convertirse en una guardiana, si! una guardiana de su autoestima.
Para profundizar en esto te contaré una historia personal: cuando yo era una niña mi propia madre se propuso el objetivo de construir para mi una autoestima fuerte, convertirme en una mujer segura de sí misma. Se dedicaba a decirme lo hermosa que era, también que era muy capaz de hacer lo que me propusiera, me decía todo el tiempo que era valiosa, bella y extraordinaria así que yo crecí escuchando todas esas cosas hermosas sobre mi.
Cuando me convertí en adolescente, me encontré con una realidad distinta, yo no me sentía, tan hermosa como me lo habían dicho, ni tan capaz… me enfrasque en comportamientos peligrosos con tal de encajar en los grupos sociales, me sentía sola, había un corto circuito entre lo que “debía sentir” con respecto a mi valía personal y con lo que en realidad sentía, creí que algo andaba mal en mí; “quizá rompí mi vasija de la autoestima” pensaba.
Para que juntas podamos comprender que faltó en mi historia personal y porque una niña que escucho desde pequeña toda clase de elogios, luego en la adolescencia no se sentía segura ni valiosa te explicaré qué es la autoestima y que es el ser esencial bajo la mirada de la Crianza Consciente:
La autoestima es un atributo innato en el ser humano, sí nacemos equipados con este atributo, básicamente es la autoestima lo que ayuda al niño o al bebé a sobrevivir.
La autoestima en el bebé es la certeza de que merece que sus necesidades sean satisfechas. Nunca veremos a un bebe cuestionarse así mismo, si merece que le mimen, que lo cuiden o que le alimenten. Un bebe está conectado con su propio cuerpo, con sus necesidades y con su ser esencial, por eso exige y demanda que sus necesidades sean cubiertas, a través de su llanto.
No se cuestiona sus atributos físicos, un bebé no se pregunta: ¿Seré hermoso? ¿Seré adorable? ¿Seré agradable a la vista de los demás? tampoco se pregunta si tiene las suficientes capacidades, si ha alcanzado los logros que otros niños ya han logrado, ni se pregunta si podrá o no crecer como debería…¿por qué no se lo pregunta? Porque no hace falta; el bebe nace con toda una memoria genética, una memoria antigua que transmite el código de la vida humana, que le permite existir y sobrevivir y para eso requiere confiar en él mismo y en su entorno.
Si nacimos tan seguros, conectados, tan enraizados con nuestro cuerpo, entonces ¿por qué tantas personas en el mundo se sienten tan mal en el cuerpo que habitan?, ¿porque no confían en ellas ni en su entorno?, ¿por qué no se sienten capaces? … ¿Por qué hay que escribir tantos libros sobre cómo tener autoestima?
Bueno la razón es que sus padres y adultos a cargo no les ayudaron a conservar y preservar la autoestima con la que nacieron y muchas veces somos los adultos a cargo los que contribuimos a la desconexión con su verdadero ser esencial, mi mamá trato de construir algo que yo ya tenía conmigo y en eso intento logró que yo dejara de sentir mi autoestima inmata.
Los niños dejan de sentir su autoestima cuando ponemos sobre ella, capas y capas de expectativas, enterramos un poco su autoestima cada vez que mamá, papá y demás adultos, no respetamos sus ritmos biológicos y les obligamos a seguir los ritmos que a la familia convienen, les ponemos otra capa sobre su autoestima cuando negamos o ignoramos sus necesidades emocionales, otro poco cuando les comparamos con otros niños y cuando nos quejamos de ellos, una capa más cuando no detenemos nuestras ocupadas agendas para escucharlos con atención, cuando no les dedicamos tiempo por elección solo para ellos y sus intereses, una más cuando las expectativas de papá y mamá son muy altas y cuando les “rechazamos” por no cumplir con lo que consideramos un niño bueno. Les ponemos más capas cuando no hay intimidad emocional y nadie aparenta malestar, solo el niño.
Les ponemos otra capa sobre su autoestima cuando no les damos voz frente a los demás adultos y actuamos como si el niño no importara o no escuchara, cuando no le permitimos negarse a utilizar su cuerpo para demostrar cariño o respeto a otros adultos, cuando ponemos como prioridad que los demás piensen que soy buen padre en vez de dar voz a mi hijo, validarlo, sentirlo y escucharlo.
Al final el niño deja sentir su autoestima innata y se desconecta de su propio ser esencial.
Todas estas acciones u omisiones le confirman al niño o la niña las siguientes creencias: no valgo, no merezco, estoy equivocado sintiendo lo que siento, es más valioso lo que mamá quiere que lo que yo necesito, estoy solo o sola….
Y luego en la adolescencia, salen a un mundo que parece que conspira contra la autoestima y la autenticidad, dejamos que los demás adultos sigan metiéndolos en cajas, los exponemos a las redes sociales que hoy día parecen más, un campo minado con bombas llenas de inseguridad y desvalorización. Le exigimos buenas notas, buen comportamiento, sometimiento, pero al mismo tiempo criterio y límites a los amigos y novios. Y a los niños y adolescentes les toca sortear, esquivar y tratar de resistirse con rebeldía, hasta que finalmente muchos se rinden, solo unos pocos sobreviven a la indiferencia de lo importante y al sometimiento de lo banal, terminan por dejar de confiar en ellos, por olvidar quienes son y a que han venido, por buscar afuera (en la aceptación del grupo) lo que siempre tuvieron dentro, terminan por desconectarse de su propia autoestima y de su ser esencial.
Y es aquí donde deseo hacerte una invitación concreta; si resuenan con este mensaje, si crees que todos debemos contribuir a que los niños y niñas crezcan más amados y respetados, si queres ser parte de los adultos conscientes que guían y acompañan niños felices; entonces te invito a asumir el compromiso de convertirse en Guardiana o Guardián de la autoestima y el ser esencial.
Yvone Laborda convocó a muchas mujeres y madres a generar una epidemia de niños más amados y respetados, yo decidí unirme y contribuir a su propósito, con el proyecto guardianes de la autoestima y el ser esencial, tú también puedes asumir esta noble misión; eligiendo sanar emocionalmente para poder amar más y mejor a los niños de tu vida.
Si lo deseas puedes llenar el manifiesto que encontrarás en este documento y hacer este compromiso contigo misma y con el mundo!
Te animo a convertirte en un Guardián de la autoestima y el ser esencial y a seguir aprendiendo sobre la crianza consciente.